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Torturas de la inquisición (17 sep-2013)
1.
2. Flagelación: se desnudaba al reo hasta la cintura,
dejando su torso al descubierto. Una vez hecho
esto, el verdugo lo azotaba en la zona descubierta
hasta que confesaba, o hasta que terminaba
perdiendo el sentido.
3. El potro: el potro consistí-a en una tabla, o rueda
en muchos casos, sobre la que era apoyado el reo
y atado de pies y manos por unas cuerdas que
eran tensadas por medio de un torno. Ante las
preguntas del tribunal, y obteniendo respuestas
desfavorables, se iban tensando progresivamente
las cuerdas para infringir dolor sobre el reo. En
muchos casos se llegaba a la dislocación de las
extremidades.
4. La Cuerda: esta tortura consistí-a en una polea
que era colgada del techo dentro de la sala de
torturas; luego cogí-an al reo y le ataban las
manos a la espalda, con una cuerda que pasaba
por la polea. Una vez que estaba bien sujeto, el
reo era elevado a dos e incluso hasta tres metros
para luego dejarlo caer violentamente. El
procedimiento se repetí-a hasta obtener la
confesión, o hasta que el reo quedaba exhausto.
5. Los carbones: para esta tortura se utilizaban
carbones al rojo vivo, y eran aplicados en las
zonas más sensibles del cuerpo. Los carbones eran
aplicados mientras se encontraban al rojo vivo, a
una temperatura de alrededor de 300 grados.
6. La bota: este particular invento, constaba de dos
maderas que se sujetaban a las pantorrillas del
acusado, y al ser tensadas por un torniquete, se
apretaban hasta hacer que el hueso crujiese. Por
supuesto los condenados no contaban con tanta
suerte, y hasta que el hueso se rompí-a, debí-an
pasar largas horas de tortura.
7. La cabra: uno de los más originales y perversos de todos los
métodos empleados era el de la cabra. Consistí-a en bañar
los pies del reo (que se encontraba atado) en agua salada.
Acto seguido, se le acercaba una cabra a los pies. El animal
comenzaba su lenta tarea de pasar su rugosa y áspera
lengua lamiendo la planta de los pies del reo y, sin
detenerse, seguí-a repitiendo este acto hasta que desollaba
la piel, la carne y llegaba hasta el hueso. Esto aseguraba
dolor no solamente en el momento de la tortura, sino que
cuando el reo era llevado a su celda, no recibí-a ningún tipo
de atención sanitaria. Por lo que no era raro que estas
heridas se infectaran, y en muchos casos provocaran la
muerte.
8. El agua: la tortura del agua consistí-a en poner un
embudo en la boca, y se les hací-a ingerir grandes
cantidades de agua hasta casi reventar.
9. La Doncella de Hierro era una especie de
sarcófago provista de estacas metálicas muy
afiladas en su interior, de este modo, a medida
que se iba cerrando se clavaban en la carne del
cuerpo de la víctima que se encontraba
dentro, provocándole una muerte lenta y agónica
10. El Cepo, era un método más que de muerte, de
castigo por delitos de robo, disturbios o
pendencias; aunque en un momento dado se
podía tener expuesta a la víctima hasta la muerte,
si así se decidía por la corte de justicia. También
fue utilizado como método de tortura para
conseguir una confesión en las mazmorras de
castillos, palacios de justicia o cárceles
inquisitoriales